martes, 12 de abril de 2011

Robots de las 8:00 a.m.

Luchamos por sentirnos robots...¿evolución?
Esta mañana me he sentido así. Lo he conseguido. Qué facil es ponerse el traje, tus zapatos de tacón y...ya está, uno más en la estación. Caras de sueño pendientes del reloj. Actualizando la agenda. Se retrasa el autobús. Hoy llueve, llegaré 7 minutos tarde, tengo que cambiar la ruta. Quizá quede para tomar café en el descanso...
Sí, pasaré de nuevo por ese escaparate y miraré el vestido que no puedo permitirme y ese bolso a juego que, sin duda, me llevaría directamente a la última versión de robots, esos de última generación, mucho más equipados y con más prestaciones que los de mi clase, dónde va a parar...

Empiezo a desconfiar de que esto sea lo que había soñado...¿dónde queda cero prisas?, ah sí, ahí está, en lo que hemos llamado fin de semana, para cargar la batería y poder volver el lunes, con la pila llena y volver a empezar...

Los robots de mi generación aún tienen la batería en buen estado, hasta pueden permitirse no cargarla del todo durante esos días de "descanso", a costa de un poco de pérdida de rendimiento. Este ha sido mi caso, mi último período de carga lo dediqué a descargar la batería hasta dejarla al mínimo necesario para arrastrarme al taxi, pilotado por otro robot que, evidentemente, optó por ser de los de la generación noche.

A veces pienso que no es verdad, siempre igual...tiene que haber algo más...o no. Por si acaso, mañana volveré a madrugar.